1. Planificar bien el proyecto
Lo primero, como en todo, es organizarse. Cuando tenemos un proyecto entre manos, es importante que pongamos las necesidades sobre la mesa. Es decir, no es lo mismo un proyecto que sea para el uso de toda una familia o para una única persona. Todo esto por supuesto influirá en la organización y planificación de la reforma y ayudará a evitar imprevistos y sobrecostes.
2. Distribución funcional
Después de organizar el trabajo, procederemos a diseñar un baño que sea funcional y que se adapte a las necesidades de los propietarios. Su distribución dependerá de varios factores como: dimensiones, formas, espacios y elementos de necesidad (si irá con bidé, con mueble de lavabo, etc.). Otra elección importante será el de la ducha, si será lo suficientemente grande para ponerle dos zonas, o si va una bañera…
3. Elección de materiales
Los materiales de un baño siempre deberán ser resistentes a las humedades, por supuesto. Además, lo ideal es que sean fáciles de limpiar y que los azulejos sean de cerámica. Asimismo, las baldosas podrán ser de mármol, pierdra natural, madera, etc. siempre según del gusto del propietario. Para escoger el más adecuado, tendremos en cuenta los siguientes factores: resistencia, calidad, durabilidad, estética y precio.
4. Iluminación
Tanto si disponemos o no de luz natural, el baño deberá tener una buena iluminación. Por ejemplo, la zona del lavabo nos pide que tenga una iluminación diferente a la zona de ducha. La comodidad está ante todo y no es lo mismo realizar tareas de cuidado e higiene personal como peinarse o afeitarse con una mala luz que con una luz adecuada. Para ello, utilizaremos diferentes tipos de luces: iluminación potente y focal para la zona de lavabo (con instalación de apliques o e un espejo con luz integrada) y una luz general o indirecta, para lograr un ambiente relajante y acogedor (instalando iluminación perimetral en la zona de la bañera/ducha o tras el mueble del lavabo o espejo).
5. Almacenaje
¡Qué importante es disponer de sitios de almacenaje para todo! El baño es un lugar donde necesitamos varios recovecos para guardar los utensilios del día a día de higiene. En este caso, tampoco es lo mismo si es un baño de uso personal o para invitados, requiere de diferente organización de almacenamiento. Trataremos de estudiar el caso de cada propietario para adecuarnos a sus necesidades.
6. Los muebles suspendidos ayudan
Cada vez es más común ver muebles suspendidos. Esto facilita a la limpieza e higiene del baño y además ocupa menos espacio, lo que hace que el lugar se vea visiblemente más ordenado y mejora la estética de nuestro baño.
7. Ventilación
Otro importante factor es la ventilación. En el baño se concentra mucha humedad y, por ende, malos olores, originando una sensación de malestar o incomodidad. Debemos evitar esto porque a pesar de que no lo parezca, a futuro puede provocarnos enfermedades o problemas de salud. Para ello, instalaremos un sistema adaptado para la mejor ventilación del espacio.
8. Seguridad
Parece algo obvio, pero muchas veces las personas inquilinas se olvidan de este detalle. Al igual que el diseño y la estética es importante por la coherencia que crea en la armonía de la vivienda, la seguridad es algo imprescindible. Hablamos de un baño seguro cuando se tiene en cuenta la relación del agua y la electricidad. Tenemos que tener mucho cuidado a la hora de instalar los enchufes para evitar posibles descargas. Al mismo tiempo, también deberemos de tener en cuenta los materiales que empleamos en el suelo para evitar resbalones y caídas cuando éstas se mojen. Por ello, lo mejor sería utilizar las alturas para evitar problemas y usar también algún tipo de material antideslizante para los suelos.
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