El local de fachada acristalada nos da la bienvenida desde la acera, con una rotulación explicativa de los tratamientos en el exterior de la misma. La distribución interior está pensada para el desarrollo óptimo de la movilidad completa de los clientes y fisioterapeutas, siempre centrada para la comodidad y desarrollo de su actividad. De esta manera, la fusión del exterior e interior del centro crea una armonía perfecta que convierte la visita del paciente en una gran experiencia.
Por ello, en KIMERA se da la bienvenida por todo lo alto: con una escultura iluminada diseñada por nuestro estudio, dotto.
La obra se inspira en una columna vertebral y está realizada con tiras de led con soporte en metacrilato, un guiño al trabajo que se realiza en la clínica.
Además, su gran tamaño ayuda en la captación de posibles clientes o pacientes y busca reflexionar al viandante sobre la importancia que tiene nuestra salud (siendo la columna en este caso concreto el elemento protagonista).
“A menudo paseamos por la calle sin ser conscientes de lo bien que estamos, y es importante que paremos un segundo y pensemos en si tenemos o no un problema en nuestro cuerpo.”