Es bien sabido que el orden influye de manera positiva en nuestra vida diaria, en nuestro tiempo y, sobre todo, en nuestra salud. Cuando se nos empiezan a amontonar las cosas y nos encontramos con un espacio desorganizado nuestra mente colapsa, creando obstáculos que hacen que nuestra energía se estanque, haciéndonos sentir mas estrés y disconfort. En cambio, cuando las cosas están en orden nuestra mente se fortalece, haciendo que la energía fluya con naturalidad, aumentando nuestra creatividad y productividad. El orden nos proporciona serotonina.
Hoy en día, el consumismo excesivo hace que nuestros hogares se llenen de objetos y cachivaches, que muchas veces no sabemos ya dónde meter. Esto a llevado a muchas personas a buscar ayuda profesional para poder gestionar su espacio personal. Es hay donde surgen los Organizadores profesionales, personas capaces de visualizar soluciones donde los demás solo vemos problemas.
LETICIA PADRONES, fundadora de Etxe Faktoria, nos ayuda a desvelar cuál es la función del Organizador Profesional: crear y mantener sistemas de organización enseñando a otros los principios básicos de los mismos, así como devolver la funcionalidad a los espacios, objetos o rutinas donde está reducida o eliminada por la mala práctica, disfuncionalidad o desorden de los usuarios.
«Organizar y ordenar es mi pasión, donde tú ves desorden, yo veo un espacio lleno de posibilidades»
Como hemos mencionado antes, el objetivo principal de un Organizador profesional es ayudar a otras personas a seleccionar, ordenar y, sobre todo, organizar sus pertenencias hasta mejorar su día a día. En esta ocasión hemos tenido la oportunidad de hablar con Leticia, Organizadora profesional donostiarra en Etxe Faktoria, que nos viene a desvelar todos los secretos acerca de su trabajo en esta profesión tal peculiar.
Para empezar, una pregunta: ¿te consideras una persona ordenada?
La verdad es que siempre me he visto bastante reflejada en Mónica, una de las protagonistas de la serie Friends. A otro nivel, claro, pero podría decirse que algo de Mónica hay dentro de mí. Así que sí, me considero una persona ordenada y organizada.
¿Cuándo te diste cuenta de que tu pasión era ordenar?
Cuando entras en el mundo del desarrollo personal y el autoconocimiento descubres cosas sobre ti. La mayoría ya las sabes, pero las ves de otra manera, desde afuera y fui consciente de la satisfacción que me producía ordenar, tenerlo todo en su sitio. Empecé a comprender la razón por la que cambiaba tantas veces de sitio las cosas en mi casa: la ropa, las cosas de los cajones, los muebles… todo era para que se viera más ordenado, para mejorar la funcionalidad y optimizar al máximo el espacio. Y cuando lo conseguía me sentía feliz.
El autoconocimiento te remueve por dentro, y tuve una pequeña crisis que me hizo cuestionarme todos los aspectos de mi vida. Fue entonces cuando me di cuenta de que mi trabajo actual no me satisfacía, no me llenaba, no me aportaba nada. Sabía que me gustaba organizar y ordenar y empecé una búsqueda por internet, y no sé cómo, pero cualquier búsqueda que hacía me llevaba a la Organización Profesional de Espacios. Una profesión aún desconocida para mi. Pero cuanto más leía sobre ella, cuánto más me informaba, más claro tenía de que eso era lo mío. Lo cual, he de confesar, fue un gran alivio para mi, ya que hasta entonces pensaba que era un poco maniática, pero lo que soy es ordenada! Así que decidí formarme en La escuela del orden. Y en este curso descubrí algo que me llena aún más que ordenar, y es que no solo ordenas casas, sino que también ordenas vidas. Ayudas a las personas, sin querer, las inicias en un cambio vital.
Etxe Faktoria te puede ayudar en varias situaciones, todas relacionadas con el orden y la organización. Ya sea porque cuando llegas a casa ves un montón de cosas por hacer, cosas por el medio y sientes que no llegas a todo; si te has dado cuenta de que compras de más porque no encuentras aquello que sabes que ya tienes, gastando más tiempo y dinero; si quieres hacer una reforma pero la retrasas porque sabes que tienes que vaciar esa estancia, pero no sabes donde guardar o que hacer con todo lo que hay en ella; si tienes una mudanza y no sabes por donde empezar; si ha llegado el cambio de estación y no recuerdas donde guardaste toda la ropa de esa temporada; si está a punto de llegar un bebé y no tienes preparada su habitación; si quieres celebrar un cumpleaños especial pero no sabes como hacerlo.
A ordenar también se aprende. Cuando una persona acude a nuestro servicio, lo hace buscando un cambio, una mejora, y generalmente ya hay un compromiso por su parte. Viene predispuesto a aprender. Cada persona es diferente y lo que le funciona a uno, puede que no le sirva a otro. Por eso se crea en cada hogar un sistema de organización personalizado, adaptándose a las necesidades y costumbres de cada persona.
El orden llama al orden. Una vez que sientes los beneficios que produce el orden, te preocupas más por él, por seguir manteniéndolo. Unos días después de hacer una estancia me pongo en contacto con el cliente para comprobar que el sistema funcione. Si no fuera así, se modifica y se readapta hasta que funcione. Es todo muy personal.
Es cierto que hay algún que otro genio extravagante que cualquier Organizadora estaría deseando entrar en su despacho para darle un buen cambio de aires, pero no creo que sea lo más habitual. Tal vez si le ordenaramos el espacio dejaría de ser un genio. Jeje. Hay también mucha costumbre de decir “yo dentro de este desorden tengo mi orden”. Y yo pienso “No te equivoques, dentro de este desorden, sabes donde tienes las cosas, puede que te funcione, pero el orden, como tal, aquí no existe. No hay ningún criterio establecido.”
Como he dicho antes, a ordenar también se aprende. El desorden se produce porque no hay un buen sistema establecido. Nuestro lema es «un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio». Si no sabemos donde se guarda cada cosa, lo pondremos en cualquier sitio.
Primero hago una visita de valoración para conocer tanto el espacio como las mejoras y/o beneficios que el cliente quiere obtener. Saber como puedo ayudarle y por qué necesita mi ayuda. Sabiendo esto, diseño un plan de acción y se lo presento, y cuando estemos de acuerdo tanto con el plan como con en el día, empezamos a trabajar. El día de trabajo se podría decir que consta de 2 fases. En la primera se vacía el armario entero (en el caso de hacer un dormitorio por ejemplo), y empezamos con el descarte. Y por último, lo volvemos a guardar de nuevo, pero esta vez, optimizando el espacio, utilizando tal vez algún tipo de organizador…
Porque no es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita.
Es la parte más difícil y emocional del proceso. Se remueve mucho del interior. Nos aferramos a las cosas, nos dan cierta seguridad, nos cuesta soltarlas por muchas razones. Porque nos lo regaló X persona a quien apreciamos mucho, porque nos costó mucho dinero, porque lo compré en un viaje, porque puede que lo necesite algún día… Hay una frase que dice que «guardamos en el presente cosas del pasado para su posible uso en el futuro». Sin darnos cuenta, esas cosas nos anclan al pasado, impidiendonos vivir nuestro presente ni avanzar hacia el futuro. Cuando dejamos ir ese pasado, avanzamos. Cuando nos damos cuenta de que las cosas importantes en esta vida, no son cosas, avanzamos.
No creo que haya ningún imprescindible para el orden. Lo imprescindible es hacer esa reflexión que he dicho antes y analizar todo lo que tenemos. Entender qué, para qué y por qué tenemos lo que tenemos. Pero bueno, hay un montón de accesorios que nos facilitan el orden, pero la verdad es que no tengo ninguno favorito. Como he dicho antes, es todo muy personal.
Sin duda es la creadora de esta profesión. Tiene una gran trayectoria, ya que desde niña intentó encontrar un sistema de orden que le funcionara, y es el que ahora lleva a cabo con sus clientes. Es de admirar todo lo que ha conseguido, cómo trabaja, cómo habla a sus clientes… Y nos abre las puertas a las nuevas generaciones, ya que cuando dices a alguien que eres Organizadora Profesional de Espacios, te dice “organizadora de qué?”. Entonces les preguntas a ver si conocen a Marie Kondo, y la respuesta suele ser positiva. Es cuando digo “pues yo hago lo mismo, pero en Donostia.”